Bodega Clos de l’Obac

DO Priorat
Pioneros del renacimiento del Priorat
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Bodega propiedad de la familia Pastrana-Jarque. Elabora mediante métodos tradicionales utilizando exclusivamente uva propia. Sus vinos, de producción muy limitada, son complejos, estructurados, finos y elegantes. Representan el renacimiento del Priorat, co-creadores del grupo de los llamados ‘Pioneros’. Disponen del restaurante ‘Cellers de Gratallops’. ©Enoguia

  60.000     50 ha

Visitas y enoturismo en bodega Clos de l’Obac

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 60€ / 2h
  CA / ES / EN / FR
   4 Vinos
  2 mín. – 25 máx.

Vinos de la bodega Clos de l’Obac

• Clos de l’Obac
• Dolç de l’Obac
• Miserere
• Kyrie

Clos de l’Óbac es una bodega que se fundó en el año 1987 en Gratallops durante la época de renacimiento de la DOC Priorat. Aunque el nombre oficial de la bodega es Costers del Siurana, se conoce por su marca de vinos Clos de l’Obac.

Carles Pastrana y Mariona Jarque decidieron a finales de los años setenta recuperar, a través de la replantación, los viejos vinos cartujanos con la intención de producir vinos de gran calidad y llevarlos al mercado internacional, dos objetivos que parecían imposibles conseguir.

Durante los primeros años de vida del proyecto, la familia tenía escasos recursos económicos y escasos conocimientos en el ámbito de la enología. Por eso se unió a la familia el químico Toni Basté junto a un vecino agricultor de Gratallops. También se une un amigo de la familia, René Barbier de Clos Mogador, hijo de una familia de comerciantes de vino de Tarragona. Durante los siguientes diez años el grupo aumentó uniéndose un importador de vinos de Frankfurt, Fernando García (Clos Setién) y Jose Luis Pérez (de Clos Martinet). Finalmente en 1987 se constituye una sociedad agraria, pero se continuan añadiendo socios a la misma: el inglés, Adrian Garsed (Clos Garsed) y el belga Luc Van Iseghem (Clos dels Llops), ambos distribuidores de vino.

Ya en 1990 se suman al proyecto otros importantes nombres como la suiza Daphen Glorian (de Clos i Terrasses) que logrará una puntuación de 99 sobre 100 en la guía de Robert Parker con su Clos Erasmus del 1994 y también lo consigue con la añada de 1998 y también se une un jovencísimo Álvaro Palacios (Clos Dofí), descendiente de una importante bodega de La Rioja.

Es este año cuando aparece en el mercado la primera añada de los vinos Miserere y Clos de l’Obac y en 1993, Clos de l’Obac es considerado uno de los 150 mejores vinos del mundo por la Guía Mundial del Vino.

Instalarse en el Priorato significaba trabajar en una comarca histórica y con unas características geográficas y climáticas determinadas, que son cruciales a la hora de producir vino de calidad. La comarca adopta este nombre a causa del priorato de Scala Dei, fundado en el año 1194 por el rey Alfonso II El Casto de Aragón. La zona es entonces repoblada por monjes cartujanos que llegaron del sur de Francia y que trajeron con ellos grandes conocimientos sobre la elaboración del vino. Estos monjes documentaron todos los saberes y técnicas relacionados con la viticultura y las duras condiciones físicas del Priorato, técnicas que hoy en día aun se utilizan. Las viñas que se plantan en estos terrenos áridos y rocosos, con abundancia de llicorella, son viñas resistentes, con mucha personalidad y carácter, que acaban produciendo vinos muy minerales.

A parte de las variedades cabernet sauvignon, merlot y syrah, Clos de l’Obac también tiene plantadas variedades de garnacha, tempranillo y cariñena. Para el vino blanco Kyrie, cultivan garnacha blanca, macabeo, xarel·lo y moscatel de Alejandría. Otro vino producido por la bodega y que también se puede catar en la visita es el Dolç de l’Obac.

Si realizas enoturismo, Clos l’Obac es parada obligatoria. Visita una bodega localizada en Cataluña que cambió la historia del Priorat. La visita empieza en las viñas de la propiedad, siempre acompañados de un miembro de la familia, que de forma natural y apasionada te introducen en su particular historia.

La visita continua en las instalaciones de Costers del Siurana, visitando el lugar de recepción de la uva, que rápidamente son alojadas en cubas de acero inoxidable para su fermentación y la maceración. Transcurrido ese periodo, el vino se traslada mediante gravedad a la sala de crianza, donde reposará entre diez y quince meses en barricas de roble francés. Los trasvases se realizan bajo la única luz de una vela y no se realizan filtrados.

La visita a esta bodega de Cataluña finaliza en la sala de exposiciones, donde de forma cómoda y distendida, podremos catar y conocer a fondo los cuatro vinos de la familia Pastrana-Jarque. Literalmente nos beberemos un trocito de la historia del Priorato.

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