Bodega Marco Abella

La bodega Marco Abella, situada en el pueblo de Porrera, en la DOC Priorat, es considerada una de las bodegas de referencia de la comarca. La ubicación privilegiada de la bodega, la altura, el suelo y el clima mediterráneo determinan la esencia de sus vinos, que se caracterizan por ser vinos frescos, elegantes y sofisticados, vinos que tienen en común la facilidad de beberlos y disfrutarlos.

En el siglo XV existe constancia de que la familia de viticultores Marco estaba afincada en la villa de Porrera. La localidad recibió el influjo directo de los monjes cartujos y la familia supo sacar todo el provecho de las variedades que tan bien se han adaptado a la zona del Priorat: cariñena y garnacha.

La bodega Marco Abella que conocemos hoy en día se fundó en el año 2005, incorporando la más avanzada tecnología pero sin dejar de producir vinos que expresan la autenticidad del territorio, la historia y la esencia del pueblo de Porrera.

El edificio es una bodega totalmente integrada en el entorno, que apuesta por una agricultura que respeta el medio ambiente, y permite un cultivo tradicional y respetuoso de la viña. De esta forma se busca producir vinos de gran calidad que respeten el entorno. Los trabajos se realizan siguiendo las fases lunares. La agricultura ecológica -también conocida como orgánica o biológica- no permite la utilización de herbicidas ni insecticidas. La fertilidad de la tierra se logra siempre a través de métodos naturales, de base mineral, orgánica o vegetal.

La bodega consta de tres niveles y vinifica por gravedad. Dos de los tres niveles se encuentran bajo tierra. La sala de crianza está a 7 metros bajo el nivel del suelo. Así, la temperatura y la humedad son las adecuadas para el correcto envejecimiento de los vinos. El edificio es de concepción y arquitectura moderna, de líneas claras, y se encuentra perfectamente integrado en el paisaje que le rodea. Después de la visita, la cata se realiza en una fantástica sala especialmente habilitada y con excelentes vistas a las colinas ondulantes de los alrededores. Practicar enoturismo es fácil en unas instalaciones amplias y diáfanas.

La altura, suelo y orientación de las fincas de Marco Abella proporcionan a cada vino una identidad propia. El suelo aporta una alta mineralización, única en el mundo y que tan sólo tienen los vinos de la zona del Priorat. Se trata de un suelo árido y seco, con abundancia de licorella. El viñedo se cultiva en terrazas que se encuentran a una altura de entre 200 y 700 metros.

Marco Abella cuenta con 40 hectáreas de viñedo plantado, repartidas en siete fincas diferentes: El Perer, que contiene cariñena, garnacha y cabernet sauvignon, a una altitud de entre 450 y 550 metros; La Mallola, con garnacha y cariñena plantada, a unos 530 y 680 metros de altitud; La Mina, con cariñena y cabernet sauvignon, entre 450 y 500 metros de altitud; Masías de Ferran, que tiene más tipos de variedades plantadas: cariñena, garnacha, garnacha blanca, macabeo, viognier y pedro ximénez, a unos 500 y 650 metros de altitud; las Solanas “El Coster” de cariñena, a una altitud de entre 500 y 650 metros; La Creu, con cariñena, garnacha, merlot y cabernet sauvignon, a unos 450 y 550 metros de altitud; y finalmente Terracuques, que también tiene plantadas las variedades locales, garnacha y cariñena.

Visita Marco Abella, una bodega familiar que nace de la pasión y de la entrega de querer volver a las raíces, de querer reencontrarse con el pasado mirando hacia el futuro.

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